quedó prometido en el tiempo.
Mi memoria guarda como un álbum de fotos,
cada instante frente a ti.
Saber que no me olvidaste,
hizo emerger una ciudad de palpitaciones
que sostiene mi cuerpo.
Me trago tu nombre y me bebo tu rostro,
saboreo tu voz que ya es silencio,
y entre tanto, alimento mi espíritu,
para no temblar si te vuelvo a ver.
No hay comentarios:
Publicar un comentario